"Síndrome de Tarzán": ¿por qué es riesgoso saltar de una relación a otra?
Saltar de una relación a otra suele ser una forma de evadir los procesos de duelo o de encubrir una dependencia excesiva. Además, dificulta el aprendizaje tomando como referencia los errores cometidos. Quizás lo más triste de esta práctica es que muchas veces se convierte en un camino para boicotear relaciones que podrían ser muy valiosas.

Saltar de una relación a otra es una práctica común. Le llaman síndrome de liana y, efectivamente, está muy bien graficado con la imagen de Tarzán: no termina de soltar una liana, cuando ya tiene la otra en la mano. ¿Qué quiere Tarzán y quienes tienen el síndrome de liana? Obvio: no caerse.

La mayoría de psicólogos están de acuerdo en que no es buena idea saltar de una relación a otra. Como en todo lo humano, siempre hay excepciones. Sin embargo, por lo general es una conducta que habla de dificultades con uno mismo, dependencias y deseos de evasión.

Es cierto que nuestra época los valores y las referencias son mucho más cambiantes que en otras. Las circunstancias cambian a una velocidad superior y la noción del tiempo también se ha trasformado. Pero de ahí a saltar de una relación a otra hay un gran abismo.

A veces, puede suceder de forma natural y sana, pero si es un hábito, probablemente sería bueno investigar qué pasa.