Madrid, 19 jul (EFE).– Ataviado de piloto de avión, no hubo nube ni tormenta que detuviera el "aterrizaje" del artista Carlos Rivera en el festival “Noches del Botánico” en Madrid, la primera escala de su gira “Un tour a todas partes”, donde el mexicano presentó su nuevo disco “Sincerándome”.
Al entrar al recinto, el jardín de la Universidad Complutense ya se había convertido en una suerte de sala de espera de aeropuerto de los más de 4.000 fanáticos que añoraban escuchar la poderosa voz del cantante mexicano.
Un grupo de azafatas anunció la llegada del ídolo: “abróchense sus cinturones que estamos próximos a despegar”.
Rivera apareció en la cima de una escalinata con un traje de piloto de aeronaves. Cantando las primeras estrofas de “Un viaje a todas partes”, el primero de los temas de un concierto de más de dos horas, en el que presentó su reciente disco y rememoró clásicos como “Que lo nuestro se quede nuestro”, con más de 243 millones de reproducciones en Spotify.
En un escenario donde México y Madrid fueron los primeros invitados no podía faltar el mezcal -una bebida tradicional del país azteca-, así que el mexicano hizo una pausa casi religiosa para servir “dos chupitos”, uno para el público y otro para él.
UN ALTAR PARA RECORDAR
El sonido de una guitarra y los colores vibrantes de la cultura mexicana invadieron el recinto. El compositor dijo “tuve el honor de que Disney me eligiera” y ya todos sabían cuál era la siguiente canción: “Recuérdame”, el tema que hizo llorar a toda una generación con la película de “Coco” (2017).
En un homenaje al público y a sus difuntos, la atención viró hacia un altar con fotografías de personas fallecidas, las cuales habían sido enviadas por los asistentes días antes.
“MADRID, MADRID, MADRID”
Para subir todavía más el calor madrileño y recordar a los grandes, se escucharon las tonadas de “Madrid” del reconocido compositor mexicano Agustín Lara, tema que cantó Rivera a todo pulmón.
“Esta canción debe ser probablemente la más importante que se le ha escrito a Madrid (…) para mí este país es un lugar que me cambió la vida y esta ciudad también”, confesó para dar inicio a “Deja amarte”, el tema que el joven artista le escribió a la capital española.
El público madrileño abarcó todas las edades, nacionalidades y gustos musicales. En las gradas se bailó flamenco y en la pista los celulares se utilizaban para hacer videollamadas para compartir la canción viral “Perdiendo la cabeza”, que creó el artista junto a Karol G y Pedro Capó.
Con una versión jazzera de “La Marsellesa” el cantante hizo viajar a los asistentes hasta Francia, así como con su famosa balada “Otras vidas” mientras una cámara enfocaba a las parejas presentes invitándolas a darse un beso.
Todo estaba por volverse aún más romántico. Un miembro de su equipo de bailarines se acercó a su novia en el escenario con la complicidad del cantante y le cantó el estribillo de “La carta”, que dice: “Cásate conmigo, amor mío”.
La audiencia enloqueció. Muchos aprovecharon la oportunidad para pedirle casamiento al mexicano a los gritos desde la platea mientras la pareja se abrazaba después de lo que parecía un “sí”, un poco tímido.
Antes de irse, “el cantante de Disney” lanzó una promesa: “el año que viene nos vemos en el Wizink, ¿me esperan?”, dijo en referencia a uno de los mayores recintos madrileños donde, según sugirió podría tocar próximamente.
“Un tour por todas partes” inició en Madrid, pero continuará en otras ciudades de España y luego partirá para continuar su gira por Estados Unidos. EFE